Para los profesores, la relación
entre las actividades de juego y el encuentro entre amigos es tan evidente que
parece un poco tonto hablar de ello. Sin embargo, nos gustaría traer aquí
algunas ideas para contribuir a elevar el status que tanto el juego como la
amistad deben tener dentro de la cultura escolar, ya que ni uno ni otro
disfrutan del prestigio que creemos que se merecen.
Las últimas investigaciones en
psicología del desarrollo social, atribuyen a las relaciones entre compañeros y
más concretamente, a la amistad entre iguales, un valor socializante bastante
parecido al que tienen las relaciones con los padres y con los maestros.
Los niños y niñas comienzan su
desarrollo social en lo que a las relaciones con iguales se refiere, a los tres
años aproximadamente: y desde este momento van incorporando a su propia
trayectoria de desarrollo personal las experiencias en las que participan, de
entre las cuales “hacer amigos” y “jugar con amigos” son experiencias muy
importantes.
La amistad, como el juego, tiene
un componente de autoelección y satisfacción que es básico para tener
conciencia de la propia identidad personal.
El respeto a las amistades
infantiles es, como el respeto a los juegos espontáneos, una meta de la
Educación Infantil que debe concretarse en la programación de actividades que
potencien ambos procesos sociales.
Los juegos son buenas estrategias
para que los niños encuentren amigos y elaboren de forma libre y satisfactoria
su propia trayectoria de seres sociables y amistosos.
Muchas veces las metas de
educación para la solidaridad, la tolerancia y la comprensión social se
alcanzan antes y mejor si permitimos que los niños sean espontáneos en la
elección de sus propios círculos de amistades.
Nuestra labor estará en ayudar a
aquellos niños y niñas que tienen más dificultad en tejer sus propias redes de
amigos haciendo que participen en actividades conjuntas para que se conozcan y
se elijan.
Es importante no forzar a los
niños y a las niñas en la elección de amigos. Una cosa es el respeto que todos
nos debemos y en base al cual debe constituirse el clima en el aula y otra la
posibilidad de elegir de entre todos los compañeros y compañeras a algunos que
nos gustan más y con quienes queremos tener amistad. La elección de compañeros
y compañeras de juego es una oportunidad buena para ir adquiriendo experiencia
y sensibilidad en este campo del desarrollo, que, como decimos, es tan
importante.
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